INSTRUMENTOS MÁS IMPORTANTES
También, en los años setenta, se inició una actividad frenética en la generación de instrumentos de evaluación, pensados para los niños. Si se hace una revisión de ellos (excepto los de evaluación de la inteligencia), se ve que, en un porcentaje importantísimo, aparecen entre 1970 y 1990. Estos instrumentos llenan el vacío entre los sistemas diagnósticos y la persona que padece un trastorno. No obstante, dado el gran número y la gran variedad de instrumentos de evaluación, aquí nos vamos a referir exclusivamente a los genéricos, es decir, aquellos que detectan cualquier tipo de trastorno y se usan en población española.
Muchos están dirigidos a padres de niños pequeños y son aplicables a los niños entre los 7-8 años y la adolescencia. Entre los más usados y conocidos figuran las Escalas de Wechsler (1974) y el Balley (1960), para valorar el desarrollo cognitivo y motor. Evalúan patologías el Minnesota Child Developmental Inventory - MCDI (Ireton y Thwing, 1974), el Diagnostic Interview Scale for Children - DISC (Costello, Edelbrock, Kalas, Kessler y Klaric, 1982), la Entrevista Semiestructurada DICA (Reich et al., 1982) y el Check Behavior Checklist - CBCL (Achenbach y Edelbrock, 1978). En conjunto, cubren todo el espectro de las distintas alteraciones. Luego, naturalmente, hay una lista interminable de instrumentos específicos para las distintas alteraciones.
Todos han sido revisados en múltiples ocasiones y muchos están adaptados al español.
La psicología conductual, por su parte se ha orientado a la observación de la conducta directa, precisando los antecedentes y consecuentes de la misma. Ello permite el análisis funcional que proporciona las bases para una intervención.